La Parroquia Corpus Christi fue creada el 26 de febrero del año 1997, con el nombre de Corpus Christi, por iniciativa de monseñor Juan Antonio Flores Santana. El 20 de diciembre del mismo año Mons. Flores, nombró al padre José Mesonero Trancón (nacionalidad española) como párroco de dicha parroquia.

El P. Mesonero, hombre desprendido y amante de su ministerio, trajo consigo los ornamentos, vasos sagrados y una colección de los libros litúrgicos, base de las diferentes celebraciones, especialmente las Eucarísticas. Las celebraciones parroquiales se realizaban en el patio del Colegio Santiago Apóstol, cuyos dueños, don Fidio y doña Liliana fueron muy abiertos y generosos al ofrecer los espacios del centro para las celebraciones eucarísticas.

Previo a la creación de la parroquia, se habían realizado varias reuniones en diferentes hogares, a las que monseñor Juan Antonio Flores Santana siempre asistía y contagiaba a todos con su ardor y celo apostólico, mientras explicaba la importancia y conveniencia de una parroquia en esta zona, formada por los sectores La Rinconada, El Framboyán, La Esmeralda, La Rosaleda y Rincón Largo.

De estas reuniones surgió un comité formado por representantes de varios sectores, encabezado por Tony y Ada de Zaiek (+), presidentes; Ricardo y Magaly de la Rocha, tesoreros; Fidio(+) y Liliana de Rodríguez (+), secretarios, coordinadores: Marino y Muma de Martínez, Genaro y Sandra de García, Fabio y Maruca de Ureña, Abelardo y Tamara de Iglesias, sirviendo de asesores Eliecel y Tamara de Raposo, Rafael y Mary de Benedicto. Vocales: Myrna Vda. Herrera, Marcia L. de Tornas, Pía Vda. Desangles.

Tony Zaiek (+), dinámico y entusiasta era quien convocaba a las reuniones y estaba presente en todo.

El equipo se comprometió a buscar un lugar para construir el templo y de conseguir los fondos para esto (una de las familias más apreciadas de todos, hizo un primer y significativo aporte). Se adquirió una modesta casa, en los terrenos donde funciona hoy el templo.

Las celebraciones en esta casita fueron por un tiempo, ya que se tenía el proyecto de un templo más grande y con las condiciones de acuerdo con la dignidad de lo que allí se celebraba.

Los recursos económicos para construir la nueva obra se obtuvieron realizando diversas actividades, como verbenas; venta de dulces... que no solo servían para buscar fondos, sino para fraternizar y afianzar los lazos que a los residentes de esta comunidad.

Sor María Cristina, hermana del Perpetuo Socorro, fue un gran apoyo durante todo el proceso. Los vecinos de ambos lados también fueron muy solidarios y comprensivos.

El día 1 de febrero del año 1998, monseñor Flores, acompañado del padre Mesonero y del diácono don Octavio Coronado, bendijeron la obra.

El primer altar y el ambón fue un préstamo del padre Ramón Dubert (+), quien también donó un pequeño Sagrario, que fue empotrado en la pared. Meses después, el padre Mesonero enfermó y retornó a su país, en donde murió.

Con la enfermedad y muerte del padre Mesonero, la iglesia no contaba con un párroco asignado. Las celebraciones eucarísticas eran presididas por los padres Zoilo Méndez y Apolinar (Polín) Bencosme.

El 12 de agosto de 1999 fue nombrado párroco el Rev. P. Wilfredo Martínez, un buen consejero matrimonial y de gran empatía con los jóvenes y apreciado en la comunidad.

El 21 de enero del año 2001 se celebró la última misa en este lugar. El nuevo templo parroquial fue bendecido por monseñor Juan Antonio Flores acompañado del P. Wilfredo, el 12 de enero del año 2003. 

El nuevo altar fue donado por la señora Jaifa Gobaira, a través de Pura Ceballos; el ambón y el Sagrario, que también fueron donados por dos familias de la comunidad.

Para la adquisición de los bancos, el señor José Antonio Peralta realizó una campaña pro donación de estos, que dio muy buenos resultados. Estos bancos, son los que aún se conservan en la parroquia.

Es importante recordar a una persona muy especial, don Feliciano Portela, quien fue el enlace, junto a Dameris de Guillén, con las familias involucradas desde el principio con el proyecto parroquial.

En agosto del año 2009 fue nombrado párroco monseñor Tobías Cruz, que es un sacerdote sencillo, con hermosas cualidades humanas y pastorales. Le acompañaban el diácono Prisciliano Núñez, hombre amable y servicial.

Luego de esto llega a la parroquia el 13 de septiembre del año 2012, el Padre William Arias, siendo su llegada una bendición para toda la comunidad. Creó más grupos y comisiones pastorales, entre ellos la pastoral de adolescentes, la de la tercera edad y comisión de Animación Bíblica de Pastoral (ABP). Dio apertura a todos en igualdad de condiciones, hizo énfasis en la formación de su feligresía, fomentando la fraternidad entre los hermanos.

Inició la nueva remodelación de la parroquia, incorporando una oficina parroquial, una capilla para el Santísimo, una nueva Sacristía, una pila Bautismal, entre otras cosas. Dentro de la capilla del Santísimo, el Sagrario fue una donación de don Chepe Pérez y la pila Bautismal fue donada por Tamara y Eliesel Raposo.

El padre William se caracterizó por ser un pastor entregado en el servicio parroquial. Se dedicó 100 % a su feligresía, dando claramente a entender lo que el papa Francisco dijo: “…que los párrocos debían de oler a sus ovejas”. Esto fue así hasta su designación como párroco en la Parroquia de Santa Ana en octubre del año 2019.

Luego de esto, fue designado párroco de Corpus Christi, el padre Pablo Ariel López (actual), hombre de Dios, afable, simpático, abierto a escuchar, pausado, pero de firme decisiones. Sabe lo que quiere y a qué vino: a continuar lo que estaba funcionando bien, pero con su toque personal; con su espíritu mariano y de gran liturgista, ha despertado en Corpus Christi una predilección por la madre, guardando siempre con todas sus reglas lo referente a la liturgia.

¡Que el Padre Dios siga derramando sus bendiciones sobre esta comunidad parroquial y la Virgen María siga intercediendo por todos!